lunes, 24 de agosto de 2015


"JESÚS "
TÉCNICA: Óleo sobre tela.
MEDIDAS: 40 X 37 Cm. 
2014.
 
Estas divinas lecciones nos levantan el corazón, para que la desesperanza no nos deprima, y al mismo tiempo lo aterran, para que no nos lleve el viento de la soberbia. Dificultoso,

 por demás, había de sernos seguir el camino medio, verdadero y derecho, como si dijésemos entre la izquierda de la desesperación y la derecha de la presunción, si Cristo no dijese: Yo soy el camino, la verdad y la vida. 
O en palabras semejantes: 
«¿Por dónde quieres ir? Yo soy el camino. 
¿A dónde quieres ir? Yo soy la verdad. 
¿Dónde quieres detenerte? Yo soy la vida.»
Vayamos, pues, tranquilamente por este camino; mas ¡cuidado con las asechanzas a la vera del camino!

No se atreve el enemigo a poner celada en el mismo camino, porque el camino es Cristo; pero a la vera del camino es cierto que no se cansa de ponerlas. Por eso dice un salmo: Junto a las sendas me pusieron tropiezos. Y en otro lugar dice la Escritura: Entre lazos andas. Estos lazos entre los que andamos no están en el camino, sino a la vera del camino. ¿De qué te asustas, qué temes por el camino? Teme si te sales de él.

 Porque, si al enemigo se le deja poner lazos junto al camino, es para que, con la alegría de la seguridad, no se abandone el camino derecho y vaya el caminante a dar en las celadas.
San Agustín de Hipona. Sermón 142.


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